Si todos los ciudadanos que secundaron la huelga general celebrada el 14 de noviembre de 2012 en España fuesen preguntados en relación a sus expectativas tras la jornada de paro y protestas, muy probablemente la opinión más generalizada indicaría una incredulidad y desconfianza aplastante respecto a la adopción por parte de la clase política de medidas y alternativas concretas.
Entonces, ¿puede ser efectiva una huelga general en la que los propios convocantes y manifestantes asimilan de antemano el viaje a ninguna parte del conjunto de las demandas de la sociedad?
¿Está lo suficientemente enraizado en el corazón social el deseo de conseguir un cambio de rumbo aplastante y total de la política económica actual?
La respuesta a las dos preguntas es no.
Y de eso se valen los que tienen la mayoría (absoluta) para representar -o debería decirse, inmovilizar- a la sociedad.
la mayoria de los cientificos sabe que ellos no descubriran la cura contra el cancer,pero seria de necios pedirles que abandonen sus investigaciones,no crees??
Por supuesto, pero si no existiese ni un solo científico que estuviese absolutamente convecido de conseguir una cura contra el cáncer, ¿podría imaginarse un futuro en el que se lograse la consecución de dicho objetivo?