El poderío industrial alemán está fuera de ninguna duda. En 2018 Alemania registró un superávit en su Balanza comercial de 233.301,1 millones de euros, un 6,98% de su PIB. Este saldo positivo, a pesar de haber disminuido en el último año, ha ido creciendo en especial desde la introducción del euro. Esta cifra tan solo es superada por China.
Como es lógico, este saldo positivo significa que el resto de países tienen un saldo negativo con respecto a Alemania por el mismo importe. La mayoría de países con saldo negativo en su balanza comercial sufrirían una depreciación de su divisa, lo que haría que sus productos fueran más competitivos y que su déficit se redujera.
Esto, sin embargo, no ocurre en el caso de los países que adoptaron el euro, pues no disponen de esta “arma defensiva” para contrarrestar un déficit comercial. En algunos casos, la balanza de servicios, como ocurre en la economía de España, compensa este déficit gracias al turismo. Pero, en general, este déficit comercial genera una desindustrialización de los países deficitarios y un desequilibrio en sus balanzas de pagos.
En España, cabe destacar que una de nuestras principales exportaciones, las de coches, son en realidad exportaciones encubiertas, pues las realizan empresas extranjeras afincadas en nuestro país, donde el “Know-how” y las decisiones estratégicas se toman en países extranjeros, como, por ejemplo, Alemania.
El término “comercio justo” se acuñó para defender el comercio con los países del tercer mundo, pero también debería aplicarse a todos los países del mundo, ya que debería existir un equilibrio entre todas las balanzas comerciales del mundo, ya que cuando un país fuera más competitivo, esta ventaja se reduciría por una apreciación de su moneda.
Otra posibilidad para reducir desventajas competitivas son los aranceles, que es lo que la administración de Trump está desplegando para luchar contra un déficit comercial estadounidense con la mayoría de sus socios y en especial con China.
En el caso europeo el déficit comercial con Alemania no puede reducirse ni por aranceles ni por depreciación de la moneda. Es una situación similar al déficit comercial regional que se genera dentro de los países. En España existe un superávit comercial de Cataluña con respecto al resto de España, que tampoco puede verse reducido por aranceles o por depreciación de la moneda.
La herramienta habitual de los países para luchar contra este déficit regional es la armonización fiscal, donde las regiones con mayor riqueza debido a una mayor competitividad y superávit comercial traspasan recursos a otras regiones más pobres. Esta armonización fiscal es difícil de implementar en Europa, pues Alemania, defendiendo lógicamente su interés, se niega a traspasar estos recursos a países con déficit comercial.
La solución a esta situación debería venir por una apertura real de las economías europeas, y en concreto de la alemana. Poniendo como ejemplo la industria automovilística, las empresas alemanas deslocalizan sólo aquellas actividades que tienen poco valor añadido, como las fábricas, y no sus departamentos de investigación y desarrollo.
Cuando se generan crisis internacionales como la del 2008, muchos se preguntan cuáles son los desequilibrios que llevan a las mismas. El desequilibrio comercial es uno de ellos, pues genera problemas en las balanzas de pagos de muchos países que hacen que puedan quebrar sus sistemas financieros.
Alemania se ha beneficio de haber servido de bastion contra el comunismo durante la guerra fría, así de un día para otro se olvidaron las atrocidades del nazismo y se le regalo todo lo necesario para levantar una fortaleza económica en la frontera de la potencia comunista del este, tambien perdonados todos los crimenes se legalizaron las riquezas producto de los desmanes facistas que no se tocaron para reclutar a los ex-criminales hitlerianos.
Alemania con una industria de primera clase de regalo y grandes capitales de dudosos origenes, con el privilegio de ser parte de la “famiglia” que ejerce el control de los centros financieros y del mercado del mundo pone a otros países las condiciones que le convengan, eso si, ahora democráticamente sin matar a nadie, hasta haciendo parecer que los esta ayudando.
1- Pero si es un país, un territorio o un área económica es autosuficiente en todo tipo de productos y además vende excedentes de algunos de ellos, ¿por qué no aceptar su superávit, ese «desequilibrio comercial» en palabras del autor del artículo?
2- Pero si un país está especializado en la producción de algo y adquiere una situación de ventaja competitiva con respecto al resto del mundo en dicha producción, ¿por qué reclamar el reequilibrio de no-sé-qué si se lo ha ganado con esfuerzo, habilidad, destreza y sacrificio?
Ahora bien, si lo comentado anteriormente es la teoría aterciopelada de los libros de texto, y en la práctica además del know how, la inteligencia, etc… lo que más influye en los equilibrios internacionales de facto no es precisamente eso sino las barreras al juego limpio, los codazos, los espionajes, cataclismos y terremotos sies necesario, etc…entonces todo eso que se enseña y aprende en las universidades es tan riguroso y científico como la religión y el esoterismo.
Pero si es por ser propositivos: ¿decir todo esto es reclamar un orden mundial consensuado, armonizado, planificado, que tenga en cuenta el bienestar real global y no solamente el de uno, dos o tres actores internacionales?
Porque no era conveniente Inglaterra no ingreso a la unión monetaria y, más aun, hoy, por no serle conveniente su permanencia en la Unión Europea hoy se salen de ella (brexit). Este es el camino que deben seguir los países encadenados que han sido y son afectados por dicha unió económica,
Solo los GERMANOS buscan MANO de OBRA BARATA para reducir COSTOS pero los CHINOS obligan a las empresas extranjeras a IMPORTAR TECNOLOGÍA luego los CHINOS las COPIAN y producen sus propios COCHES…….son muy hábiles por eso es la segunda potencia del GLOBO…..y ESPAÑA tocando el VIOLÍN que mala Onda…jajajjajjajaj
alguien me podria ayudar con el proceso de neocolonialismo aleman