Últimamente en España no se dan las condiciones para solicitar un rescate.

Así lo han afirmado una y otra vez varios de sus dirigentes políticos.

Que el sistema de protección social y de bienestar esté resquebrajado o que una de cada cuatro personas activas en el mercado laboral quiera y no pueda trabajar parece inexplicablemente no implicar necesariamente un rescate.

Pero llamémoslo también medidas, soluciones.

Al parecer, aunque ya haya más de un millón y medio de familias con todos sus miembros en paro, todavía no se ha superado el umbral necesario para encontrar la solución.

Por el contrario, y ante una tendencia de la economía cada vez más catastrófica, no es tan raro sentirse inducido a preguntarse la siguiente cuestión;

¿Y cuándo se darán las condiciones para solicitar un rescate?

Y en este punto ya no sabría distinguir uno a un político de un trilero.