Ni Marilyn ni Bacall ni Grable. Esta foto es tan sólo un cebo, un cebo para atraer miradas curiosas y para afirmar que -como en la película que protagonizaban ‘Cómo casarse con un millonario’– todo el mundo (nosotras y vosotros) tenemos interés por saber quién mueve el dinero en este planeta.

Pues bien, los bancos lo harán cada vez menos, de hecho llegarán a desaparecer; pero no nos engañemos, que la afirmación contiene otro truco. No estamos hablando del extraño mundo de los bitcoins o la economía colaborativa, aquí el protagonista es un nuevo sector con ADN 100% capitalista. Se trata del Fintech, palabra que une dos términos: finanzas y tecnología; todo ello para referirse a los servicios, soluciones y proyectos de carácter tecnológico que las empresas ya están ofreciendo al sector financiero y, por ende, a los usuarios a través de los dispositivos móviles.

A nadie se le escapa que los millennials (los nacidos entre 1981 y 1995) y posteriores años evitan cada vez más la incómoda, lenta y fría experiencia de acercarse a las oficinas bancarias. La tendencia en alza es a usar los dispositivos móviles para hacer todas aquellas gestiones de manera ágil e instantánea y sin peros que valgan. Miles de startups se han percatado de ello y han visto las oportunidades de este nuevo sector, para el que desde hace unos años están creando soluciones bancarias usando las nuevas tecnologías.

Pero no sólo los emprendedores tienen interés en el sector fintech y aquí viene lo interesante. El Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) ha presentado este año 2016 el Ránking Anual sobre competidores del sector financiero. En el informe se hace una diferenciación entre tres tendencias clave del momento: Bigtech, que se refiere a las grandes compañías tecnológicas que cada vez más amplían sus líneas de negocio hacia el sector financiero y entre las que destacan: Facebook, Apple, Google, Amazon y Paypal; Fintech donde estarían las jóvenes empresas más innovadoras enfocadas a este ámbito como Mooverang, Cuentica, Nimble, Bitchain, etc; y, por último, los nuevos bancos 100% digitales como Atom bank, Moven, Simple, Number26 y Fidor bank.

Centrándonos en los grandes “players”, Facebook lidera el ranking porque cuenta con el mayor número de usuarios en todo el mundo y la mayor cantidad de información personal sobre cada uno de ellos. Esta aplicación ya permite enviar o recibir dinero a través de Messenger en los Estados Unidos y pronto esta opción se ampliará a otros países.  Simplemente hay que añadir una tarjeta de débito a la cuenta. Es tan sólo el primer paso porque Facebook, que ya puede operar como entidad de dinero electrónico gracias a los acuerdos que ha firmado con entidades bancarias, tiene como objetivo prestar servicios financieros para que sus usuarios puedan realizar pagos y transacciones con otros usuarios, intercambiar divisas, o incluso hacer préstamos.

Apple por su parte es la empresa consolidada más rentable del mundo y entró en el sector financiero en 2014 con su servicio de pagos Apple Pay en EE.UU. Esta aplicación permite pagar la compra en cualquier punto de venta que acepte pagos desde los últimos modelos de iPhone y Apple Watch. El usuario accede a una aplicación wallet en la que puede enlazar sus tarjetas de crédito. Google también lanzó en 2015 Android Pay para el pago contactless en comercios y Google Wallet.

A todo esto se le añade nuevos competidores que darán que hablar los próximos años. Entre ellos, las Telcobanks, empresas de telecomunicaciones que también tienen grandes intereses en el sector financiero como Orange, que lanzaba OrangeBank a principios de 2016 o más recientemente, Telefónica, que anunciaba el acuerdo con la entidad germana Fidor Bank para crear O2 Banking. Por su parte, el continente asiático también empuja en esta dirección. Si ya conocemos a las GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon) habrá que acostumbrarse al nuevo término BAT que incluye a las empresas chinas Baidu, Alibaba y Tencent. Desde 2013 estas tres compañías han realizado adquisiciones de socios estratégicos muy orientados a los servicios financieros.

El dinero convertido en código informático nos hará olvidar su textura, color y olor. Los “hackers malos” se deben estar frotando las manos, y mientras, los nostálgicos, los trileros, strippers, mendigos, turistas de la Fontana di Trevi que quieren pedir un deseo y abuelos de propina… todos ellos tendrán que ideárselas para cambiar sus métodos de pago.