Una aproximación sencilla al concepto de productividad laboral puede realizarse calculando la cantidad de producción económica generada por el conjunto de los trabajadores empleados en la economía.

Así, el primer gráfico muestra el Producto Interior Bruto (PIB) generado en España por cada millón de trabajadores, a precios constantes de 2005 y según estadísticas procedentes del INE y Eurostat.

Del análisis de la evolución de la productividad laboral en España se concluye que a pesar de la trayectoria positiva y ascendente experimentada por ésta, no ha sido posible, sin embargo:

1) Incrementar el PIB a precios constantes en valores absolutos (242.057 millones de euros en el primer trimestre de 2007 versus 232.379 millones en el primer trimestre de 2014)

2) Aumentar las remuneraciones de los asalariados (123.049 millones en el primer trimestre de 2007 versus 115.856 millones en el primer trimestre de 2014),

3) Crear empleo (16,56 millones de empleos equivalentes a jornada completa en el primer trimestre de 2007 versus 13,52 millones en el primer trimestre de 2014).

Evolución Excedentes Empresariales España

Pero, al mismo tiempo, el aumento de la productividad laboral en España sí ha logrado mejorar los excedentes empresariales durante al menos los últimos tres años (ver segundo gráfico), entre otras razones por la persistencia a sostener precios anormalmente elevados en contextos de grave contracción del consumo (ver la entrada: “análisis de los precios y el consumo”).

Por lo tanto, si ante aumentos de la productividad, ni mejoran los salarios, ni aumenta el PIB, ni se crea empleo, esto significa que las políticas económicas aplicadas en España o bien son fundamentalmente erróneas o bien no están diseñadas para resolver los principales problemas de la sociedad.

Y cualquiera de estas dos hipótesis hace que sea urgente renovar los clásicos principios sobre los que se sustenta la economía española en la actualidad.