La construcción o advenimiento de una escalada de crisis global de especial virulencia en España ha adquirido forma, como todo el mundo sabe, en el estrechísimo plazo de tiempo de un mes.
Para salir de esta crisis repentina se previeron, en el más inmediato y reciente pasado, distintos escenarios gráficos de desescalada; en V, con una velocidad idéntica de caída y resurgimiento de la economía. En U, con un lapso de tiempo entre dicha caída y el resurgimiento. Y en L, sin recuperación en el corto y medio plazo tras el vertiginoso descenso.
Tal y como se puede observar, en todos estos escenarios la variable clave y fundamental es el tiempo.
Actualmente, nos encontramos en un momento en el que todas las miradas ya están puestas en la fase de la desescalada, esto es, en la determinación de la variable clave: cuánto tiempo será necesario invertir para que la población no sufra en términos ecónomicos las consecuencias de la pandemia.
Como se puede fácilmente intuir, la importancia de esta cuestión es extraordinaria, pues de la misma se derivan repercusiones en términos de desempleo, pobreza o intensidad de sacrificios, que tienen una incuidencia crucial en el estado de bienestar.
Desafortunadamente, parte de los principales estamentos oficiales del sistema, FMI, Banco de España, periodistas del mainstream económico, etc… ya han dictaminado cuál será el escenario de recuperación previsto; en L: con un gran requerimiento de tiempo para el retorno a la situación previa.
Sin embargo, los fundamentos económicos no justifican que eso deba ser así. Científicamente, si se quiere, no hay razones de peso suficientemente objetivas para determinar que España deba afrontar una travesía en el desierto y otras economías golpeadas igualmente por la pandemia no.
Entre otras cosas, todavía hay que conocer el plan económico que el gobierno vaya a plantear, más allá de las medidas de protección social ya anunciadas para paliar los efectos de la escalada.
Y también es preciso observar, que de la misma manera que es posible construir un horizonte devastador mediáticamente en cuestión de semanas, también es posible hacer llegar psicológicamente la desescalada a la ciudadanía lo antes posible.
Es el tiempo que ellos deciden, amigos.
Me parece que el problema es que los tres proponen volver a la situación original, o sea a la que nos está llevando derecho al abismo. ¿volveremos al mismo turismo, a los miles de aviones contaminando la atmósfera, a los cientos de cruceros contaminando todo por donde pasan? ¿seguiremos con el modelo extractivista explotación de la tierra, la minería, la pesca? en definitiva, seguiremos con el modelo de producción y consumo que considera que la tierra es infinita. Entonces no se si podremos seguir, sea la U, la V o la L hay una fosa en el extremo de salida, a corto o mediano plazo.
Hola Jorge.
Estamos ante una disyuntiva que nos enfrenta a un espejo de contradicciones importante. El anhelo por regresar cuanto antes a la situación anterior, insostenible ecológicamente como bien indicas, pero con capacidad, quizás, para recuperar la certidumbre y la seguridad económica de muchos. En cualquier caso, efectivamente este debería ser el momento para refundir el modelo de producción y aprovechamiento de los recursos naturales. Un saludo
J.Ver.
El artículo me queda un poco intrigado, ¿que soluciones científicas habría que adoptar para una desescalada en V o en U? ¿Quienes son los beneficiarios de que ésto no sea así, lo puedo intuir pero desconozco las razones ? Imagino que tendrá que ver con la gestión de la deuda. Saludos y fuerza a todos
J.Ver es razonable tu intriga, lo contrario sería perturbador. En el artículo se cita el término científico en tono irónico. La economía no es una ciencia exacta. La homogeneidad de criterios en las estimaciones realizadas por todos los organismos es sintomático de que algo falla. Cuando algo no es una ciencia, no puede haber tanto consenso. Cuando algo no es una ciencia, las soluciones tampoco lo son y pueden ser múltiples. Pero ciertamente las propuestas pueden ser más realistas, más razonables… ¿Por qué para el departamento de análisis económico de BBVA, por ejemplo, es razonable y realista que hasta 2023 no se recupere la tasa de paro que había hace exactamente un mes? ¿Habrá algún interés concreto en ello? ¿ Será porque ellos lo han decidido así discrecionalmente, Sin referencia científica alguna? Un saludo